LA ANÉCDOTA HISTÓRICA
Diego Armando Maradona dejó huella en su carrera deportiva en todos los equipos que jugó. Tanto Argentinos Juniors, Boca Juniors, Barcelona, Napoli, Sevilla como Newell's Old Boys disfrutaron del genio universal. Una lista a la que se podría unir el Granada, aunque solo fuera por un partido, en un encuentro muy especial y único que no solo tuvo a Maradona sobre el césped, sino a tres.
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El 15 de noviembre de 1987 el Granada, recién ascendido a Segunda, disputaba un amistoso ante el Malmö, dirigido por Roy Hodgson, en un abarrotado Los Cármenes con Lalo Maradona, recientemente fichado de Boca, y hermano de Diego, como gran reclamo del club nazarí para dicho curso.
ALINEACIONES
Próximo partido
GRANADA: Toni, Salva, Choya, Lina, Pedro, Leo, Delgado, Hugo Maradona, Diego Maradona, Lalo Maradona y Ramón. Cambios: Victor, Espejo, Manolo y Rivera. Entrenador: Joaquín Peiró.
MALMÖ: Fedel, P.Jonsson, Larsson, Andersson, Agren, Eminovski, K.Jonsson, Schwarz, Martin Dahlin, Palmer y Harryson. Cambios: Johansson. Entrenador: Roy Hodgson.
La sorpresa para muchos, empezando por el equipo sueco, fue que no solo Lalo iba a enfundarse la elástica rojiblanca en aquel partido, sino que Hugo, por aquel entonces en el Rayo Vallecano, y Diego, flamante estrella del Napoli, harían de aquel partido una cita única e inolvidable por contar con los tres Maradonas, gracias a la gestión del presidente del club andaluz, Alfonso Suárez.
Diego lució capitanía y un inesperado dorsal ‘9’, además de salir sin la publicidad de los granadinos, dejando el habitual ‘10’ a Lalo, en un encuentro que acabó con victoria local por 3-2. El primero de los tantos fue precisamente de Lalo a pase en profundidad de Diego, neutralizando el gol de los suecos que volverían a adelantarse con el 1-2, acción fabricada por un jovencísmo Dahlin que posteriormente sería estrella con Brolin en la selección escandinava. El empate llevó la inigualable firma de Diego con una falta magistral botada desde la frontal. La fiesta la cerraba el gol de Manolo, tan celebrado en el campo y en la grada como si fuera una final de Copa de Europa, desatando la locura en la ciudad de la Alhambra, tan orgullosa de su legado histórico como de haber contado con tres Maradonas en su equipo, aunque fuera por unas horas.