Los avances tecnológicos en el mundo de la medicina llevaron en los últimos años a la aparición de diagnósticos mucho más precisos. Así, lesiones que tiempo atrás se catalogaban todas de la misma manera, actualmente reciben clasificaciones mucho más precisas y, de esta manera, los partes médicos que entregan los equipos muchas veces son difíciles de comprender para el futbolero medio. Tal es el caso de lo que ocurrió con Ramón Ábila, quien, según informó Boca, sufrió una "avulsión parcial en el aductor derecho" durante el partido de vuelta de los cuartos de final de la Copa Libertadores frente a Liga de Quito.
¿Qué significa eso? En otra época, el Xeneize seguramente habría informado que el delantero tiene un degarro. Sin embargo, técnicamente, lo que le ocurrió al cordobés es un desprendimiento: la inserción del tendón que adhiere el músculo aductor al hueso a la altura de la ingle se separó parcialmente de ese hueso.
Si el desprendimiento hubiera sido total, Ábila debería haber pasado por el quirófano. Sin embargo, en este caso no será necesaria una operación, aunque en el Xeneize estiman que Wanchope estará cerca de un mes fuera de las canchas. De esta manera, no sólo se perderá el Superclásico del domingo (al igual que Eduardo Salvio, el otro lesionado contra Liga), sino que también está prácticamente descartado para la ida de las semifinales de la Libertadores e, incluso, llegará con lo justo al partido de vuelta.