ernesto valverde olympiakos

Valverde y la tanda de penaltis más larga de la historia de Grecia


LA INTRAHISTORIA

Los aficionados del Barcelona y del Olympiakos no olvidarán fácilmente el año 2009. Tampoco Ernesto Valverde, que ganó en Grecia sus primeros títulos como entrenador el mismo año que su actual equipo se hacía con el sextete. Sin embargo, sufrió más el 'txingurri' que aquella primera versión del Barcelona de Leo Messi. Pues donde el rosarino y el club barcelonista celebraron su primera temporada con el '10' en la espalda con incontestable autoridad, Valverde tuvo que sufrir de lo lindo para cantar el doblete que logró con el Olympiakos.

El equipo de El Pireo acababa de ganar la Superliga con 8 puntos de ventaja con respecto al PAOK de Salónica y Valverde ya había celebrado el primer título de su entonces breve carrera como entrenador, pues apenas había dirigido al Athletic Club y al Espanyol, al que llevó a la final de la Europa League. Pero faltaba el segundo, el que le convertiría en un técnico muy amado por los aficionados del equipo que el miércoles visitará el Camp Nou. Y para el doblete necesitaba derrotar al AEK de Atenas en la final de la Copa griega que se disputaría al cabo de unos días.

El partido acabó con el resultado de empate a 3 después de que los hombres de Valverde tuvieran que remontar el 2 a 0 inicial. Y a pesar de que el Olympiakos pegara primero en la prórroga, Luciano Galletti fue expulsado por quitarse la camiseta durante la celebración del 3 a 4 que acercaba el título. Además, su compañero Avraam Papadopoulos le seguiría a los vestuarios antes de tiempo, dejando al equipo de Valverde con dos hombres menos y facilitando a Ignacio Scocco el empate. Habría que ir a los penaltis.

El artículo sigue a continuación

El partido había sido tenso. Un amago de remontada, ocho goles y dos expulsados así lo atestiguaban. Lo mejor -lo peor para los del AEK- estaba por llegar. Porque para resolver la final hubo que ver hasta 34 lanzamientos de penalti, 17 por parte de cada equipo, antes de que Andonis Nikopolidis atajara el definitivo y permitiera levantar al Olympiakos el decimocuarto doblete de su historia. Fue la tanda más larga que nunca vio el fútbol griego y una de las más largas de la historia del fútbol universal, ocupando el octavo lugar, aunque lejos de los 52 lanzamientos que se vieron entre el Batov y el Krystak, de la quinta división de la República Checa, en 2016. 

Anuncios