La carrera de Neymar no se suponía que se desvaneciera a los 32 años de edad. En un mundo quizás más justo, todavía estaría iluminando la Liga de Campeones, tendría muchos más títulos importantes a su nombre para club y país, y solo estaría comenzando a entrar en sus años de declive mientras aún fuese un jugador efectivo al más alto nivel.
Por una razón u otra, ya sea por lesiones, ambiciones o simplemente suerte, eso no es lo que ha sucedido. En cambio, Neymar regresa a Santos, el club donde anunció su futura leyenda, como agente libre. Su contrato con el equipo Al-Hilal de la liga profesional saudí fue terminado esta semana, asegurando que sus 17 meses en Arabia Saudita se consideren como una de las peores transferencias de todos los tiempos después de haber realizado solo siete apariciones.
Se ha acordado un monumental recorte salarial, tal es el deseo de Neymar de regresar a su tierra natal y estar en paz de nuevo. El último año y medio ha sido atormentado por una compleja lesión de rodilla y dos salidas poco ceremoniosas, primero del Paris Saint-Germain y ahora de Al-Hilal.
La complicada historia de la carrera de Neymar lo ha convertido en uno de los jugadores más divisivos de esta generación; tal vez ahora todos podamos bajar los brazos y comenzar a apreciar su grandeza como corresponde.
