La lesión de Marc-André Ter Stegen no pudo haber caído en un peor momento, tanto para el FC Barcelona como para el propio meta. La temporada 2024-25 había comenzado de manera muy promisoria para el equipo de Hansi Flick, que ahora deberá reaccionar ante la larga ausencia de uno de los referentes de la plantilla. El jugador, por su parte, se ha quedado en el dique seco justo cuando se le habían abierto las puertas de la portería de la selección alemana tras pasar largos años a la sombra de Manuel Neuer.
Las proyecciones más optimistas indican que Ter Stegen estará fuera de competencia, de mínima, hasta abril del año próximo, por lo que el Barça sabe que deberá afrontar la mayor parte del curso (si no la totalidad de lo que resta) con alguien más bajo palos. Actualmente, entre las opciones disponibles, Hansi Flick sólo cuenta con Iñaki Peña con ficha de primer equipo, mientras que tiene a los dos porteros del filial, Ander Astralaga y Diego Kochen, como alternativas.
Si bien en el club confían en Peña, que estuvo a la altura cuando debió reemplazar a Ter Stegen durante tres meses de la temporada pasada cuando el alemán sufrió una lesión en la espalda, la absoluta falta de experiencia de los dos juveniles que aparecen detrás han llevado a la directiva a tomar la decisión de ir en busca de otro portero de manera inmediata. Claro que hay un problema: el mercado de fichajes cerró hace menos de un mes y recién volverá a abrirse en diciembre.
De esta manera, sin la posibilidad de negociar con otros clubes por guardametas que estén en activo, el Barcelona deberá buscar opciones entre los jugadores que estén sin club desde antes del 31 de agosto, día en que finalizó la ventana de transferencias. Además, aquel portero que termine por firmar sólo podrá ser inscripto para disputar LaLiga y la Copa del Rey, pero en la totalidad de la fase de liga de la Champions League el que deberá estar bajo palos es Peña porque la UEFA no permite cambios en la plantilla hasta que comiencen las instancias eliminatorias.
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