Después de que el Real Madrid alzara su decimoquinta Copa de Europa el sábado en Wembley, los veteranos de la plantilla tenían un consejo clave para Jude Bellingham, de 20 años y un novato en esto de festejar en la Champions League: "Algunos de mis compañeros tienen cinco o seis títulos y me dijeron que disfrutara del primero, ya que es una sensación única cuando llegas a la cima de la montaña", dijo tras la victoria del equipo blanco por 2-0 sobre el Borussia Dortmund.
Fue sin dudas una final memorable. El Madrid, como suele ocurrir en la Liga de Campeones, fue dominado por su rival durante grandes tramos del partido. Pero logró sostener el empate después de un puñado de paradas cruciales de Thibaut Courtois y de que Niclas Fullkrug golpeara el poste, y entonces cobró vida. Dani Carvajal cabeceó a la red un tiro de esquina, un rato más tarde Vinicius aprovechó el regalo de Maatsen y el título se fue para España.
Fue un final que no sorprendió a nadie. A pesar de la presión del Dortmund y de que el Madrid a menudo se mostró errático, había algo predecible en el resultado. El Real Madrid gana, es simplemente lo suyo.
Ahora han ganado seis títulos de la Liga de Campeones en los últimos 10 años, solo tres clubes más (AC Milan, Bayern Munich y Liverpool) pueden afirmar haber ganado tantas Copas de Europa en toda su historia. Así es como se ve la dominación deportiva.
La preocupación para sus rivales es que hay pocas señales de que la racha de Los Blancos se detenga pronto. Lo que se suponía que sería un período de reconstrucción se ha convertido en una renovación medida. Los mejores jugadores del Madrid están en su mejor momento, o ligeramente por debajo de él, y con posiblemente el delantero más eléctrico del fútbol mundial pronto ingresando en las filas, mientras que otros clubes atraviesan transiciones propias, la victoria del sábado bien podría ser el comienzo de otra década de superioridad continental en el Santiago Bernabéu.