EDITORIAL GOAL
Para trascender en el Mundial hay que ser competitivo y ganar. No necesariamente ser 'mejor'. Algo de lo ocurrido en cuartos de final esbozó antes Luis Enrique, cesado entrenador de España que llegó apenas hasta la ronda de 16, fase a la que llegó como 'favorito'. A su juicio -después de perder en los penales contra Bono y elenco- "el fútbol es un un deporte maravilloso pero con una connotación de que un equipo puede ganar sin merecer ganar. Hemos dominado el juego completamente". Portugal, que también cayó contra el nuevo corazón de la ilusión de toda África, profundizó el nivel de desprestigio para quien -en el exacto instante- vivía la alegría más intensa en la historia. Y de paso le pegó una repasada gratuita al mejor futbolista del planeta.
En la voz de Pepe, "el rival no tuvo una en el segundo tiempo". ¿Y para qué? Iba ganando, estaba tan cómodo en la lógica del partido que nunca sufrió, Joao Félix no inventaba una, y recién pasada la hora comenzó a desequilibrar en 3/4 de un Marruecos con 1 defensa titular entre 4, porque a las bajas de Aguerd y Mazraoui se le agregó la lesión del capitán Saiss en medio del partido. ¿No tuvieron ninguna? ¿Y Cheddira perdiéndoselo en completa soledad frente a Diogo Costa? Decidió mal, pero estuvo mano a mano. ¿No contaron con los méritos? ¿Y los 90 que realizó Sofyan Amrabat? ¿El esfuerzo de Bono, parando ese tiro a quemarropa de CR7 en su último partido por una Copa del Mundo? El meta lleva 1 gol en contra en toda la cita. Por último, ¿no es meritoria la reorganización táctica de un XI que se sabe de memoria y que resignó a lucir en busca de subsistir hasta el séptimo partido?
Y después se quejó el crack del Porto, de 39 años e inmensa Copa del Mundo, de contar con un árbitro argentino en la definición de su (mala) suerte. ¿Y qué culpa tiene Facundo Tello? ¿Esto es el Mundial o un show armado para un versus entre Messi y Cristiano Ronaldo? Evidentemente lo primero. Los jueces estaban claros antes de que comenzara a disputarse esta fase. Y encima no hubo polémicas XL en el Al Thumama de Doha. No hay acción que para Portugal haya generado un perjuicio. Ni el supuesto penal de Achraf a Bruno al filo del descanso. Es más, la única que instaló mayores dudas la capturó mejor que todos Fernando Santos, pues cuando Diogo Dalot tocó el balón con la mano lo sacó de inmediato del partido antes de que hubiesen más reclamos desde la banca de Regragui.
¡HASTA SIEMPRE CRISTIANO!
Según el que salió con la jineta de capitán al adiós luso, "es inadmisible que un árbitro argentino estuviera a cargo hoy después de lo que sucedió ayer, con Messi quejándose (de Mateu Lahoz). Después de lo que vi hoy, ahora pueden darle el título a Argentina". Bruno Fernandes fue todavía más allá, caminando a terrenos peligrosos desde el discurso: "No sé si le van a dar la copa a Argentina. Voy a decir lo que pienso y que se jodan. Es muy extraño que nos pite un árbitro de un equipo que sigue en la Copa. Han inclinado el campo contra nosotros claramente". ¿Extraño? Normal. No habrá Mini Euro en semis: hubo fútbol y otras confederaciones pasando por encima del hambre de Europa por llevárselo todo a su paso en Qatar.
Marruecos pasó en buena ley. Argentina también. Sin malicia. Y Portugal (al igual que Países Bajos) necesita pensarlo antes de la siguiente declaración. Pues justamente no ha habido pronunciamento de quien los lideró por casi dos décadas, dos Santos Aveiro. El 7.