A mediados de agosto, Frenkie de Jong concedió una entrevista al periódico catalán "El Periódico". En una larga charla, reconoció que estuvo a punto de dejar el Barcelona después de un verano de especulaciones en 2022. Admitió que era consciente de las críticas que recibió con regularidad en sus primeros años en el club. Pero lo más importante es que dejó claro que no quiere jugar nunca en ningún otro lugar.
Sin duda, De Jong dice estas cosas porque quiere un nuevo contrato, algo que, según se informa, el Barça está dispuesto a ofrecer. Pero en realidad también hay un buen grado de verdad en sus afirmaciones.
Los cuatro años de De Jong en el Camp Nou no han transcurrido exactamente según lo previsto. Le costó a los blaugrana 75 millones de euros y parecía que no encajaba perfectamente desde el primer día. Al principio, le pidieron que desempeñara un papel para el que no estaba hecho. Luego, tuvo un desempeño inferior en el lugar que sí parecía ser el que más le convenía. Estuvo a punto de ser vendido al Manchester United pero ahora, gracias a una serie de cambios tácticos y a una paciencia inusual, De Jong se ha recuperado.
El excentrocampista del Ajax siempre tuvo un conjunto de habilidades únicas, pero necesitaba de un entrenador que las pudiera configurar en un sistema adecuado. Xavi ha hecho precisamente eso, convirtiendo a De Jong en una parte indispensable del equipo para el Barça, un jugador que ahora sí vale cada céntimo de la exorbitante tarifa que el club pagó por sus servicios en 2019.