La Selección argentina no podía empezar mejor su paso por la Copa América, luego de superar la fase de grupos con tres victorias y sin goles en contra, dejando en el camino a Canadá, Chile y Perú. Sin embargo, en los cuartos de final ante Ecuador, el 10 estuvo "ausente" pese a jugar los 90 minutos, con un estado físico notoriamente disminuido y hasta fallando su penal en la serie, algo que refuerza una idea que cada vez gana más fuerza: ya no puede ni debe ser imprescindible.
Que no se malentienda el concepto: Leo tiene que ser titular siempre que esté disponible. Siempre, sin peros. A sus 37 años, semi retirado en la MLS, cada vez más complicado físicamente, sigue siendo determinante. La Pulga, mientras esté en actividad, seguirá siendo el mejor jugador del mundo, seguido por él mismo cansado y, después, él lesionado.
Pero la Albiceleste afrontó el certamen con la mentalidad de que el futuro está llegando y, aunque cueste, debe imaginar el DDM (Día Después de Messi). Pero nada mejor que sea de manera indolora, como parece ocurrir en Estados Unidos.