El fichaje pendiente de Kylian Mbappé al Real Madrid, presumiblemente, conducirá a un cambio inmenso en la capital española. Habrá que rediseñar los sistemas. Habrá que reelaborar las campañas de marketing. Es posible que sea necesario reinventar las formas de juego y reinterpretar los roles individuales. Es todo un poco emocionante, especialmente para aquellos que llenarán el Santiago Bernabéu durante los próximos años para ver a Mbappé liderar lo que debería ser uno de los grandes equipos de Europa.
Pero puede que no sea tan bueno para todos. La llegada de Mbappé significará que el Madrid marcará muchos goles, venderá muchas entradas y ganará muchas cosas. Pero para otro gran fichaje, podría suponer un comienzo incómodo en la capital española. El adolescente brasileño Endrick, insistió Carlo Ancelotti a principios de esta semana, completará su mudanza en verano y se vestirá de blanco en junio.
Sin embargo, dos días antes, comentarios dispersos en los medios brasileños sugirieron que podría quedarse en su país natal durante seis meses más, tomando una ruta común para jugar el resto de la campaña sudamericana antes de centrar su atención en Europa.
Y aunque Los Blancos se han mantenido firmes en su postura de que Endrick llegará lo antes posible, tiene cierto sentido dejar que uno de los jóvenes talentos más brillantes del fútbol se desarrolle lejos del Bernabéu, especialmente ahora que otra megaestrella mundial pronto llegará a la ciudad.