En la brillante 'Una historia del Bronx' de Robert De Niro, el joven protagonista de la película, Calogero 'C' Anello, se da cuenta de que "Lo más triste en la vida es el talento desperdiciado, y las decisiones que tomas darán forma a tu vida para siempre".
Paul Pogba es un caso perfecto. Una vez fue el jugador más caro del planeta. También debería haberse convertido en uno de los mejores. Su compañero en la Juventus Gianluigi Buffon dijo que solía dejar a los jugadores de la Vecchia Signora "con la boca abierta" con su combinación de físico imponente y técnica extravagante, mientras que el gran Ronaldinho predijo que Pogba ganaría el Balón de Oro.
Así que, cuando el francés volvió al Manchester United en 2016, Old Trafford le ofreció la oportunidad de realizar su potencial. Sin embargo, apenas ocho años después, Pogba ahora parece acabado en el más alto nivel, víctima autoinflingida de un largo historial de pésimas decisiones.
De hecho, después de ver su carrera desviada por lesiones e indisciplina, es poco probable que vuelva a encarrilarse tras el durísimo castigo de cuatro años que recibió por no pasar una prueba antidopaje en agosto del año pasado.