Colombia saltaba a la cancha del Metropolitano de Barranquilla con la única opción de ganar ante Bolivia y recuperar la confianza, a pesar de que sabe que su posibilidad de seguir luchando por un cupo al Mundial ya no depende directamente de lo que haga en el terreno de juego.
Rueda se la jugó con un equipo ofensivo, entendiendo que Bolivia venía a probar nuevos talentos y que la necesidad de romper la sequía goleadora era un ítem que no se podía permitir dejar como venía, pues un empate era comenzar a firmar la eliminación.
Bolivia se plantó a defender desde temprano, obligando a la Tricolor a buscar espacios a fuerza del talento individual, algo que en Colombia abunda y que bien aprovechado rinde frutos, así lo demostraron James, Díaz y compañía, que a punta de amor propio y pundonor consiguieron penetrar la férrea defensa boliviana y marcar los anhelados goles que tanto se extrañaban.
Colombia llega con vida a la última fecha, donde enfrentará a Venezuela en condición de visitante, esperando conseguir una victoria y que Perú no consiga ganar ante Paraguay, para de esta manera acceder al repechaje y seguir soñando con la Copa del Mundo, por ahora la goleada eleva la confianza del grupo y da pié para mantener la esperanza de clasificación viva.