El asombro fue evidente cuando Gianni Infantino, presidente de la FIFA, apareció en el escenario del Global Citizen Music Festival en Central Park a finales de septiembre. Las 60,000 personas allí reunidas esperaban a Post Malone, no a un ejecutivo del fútbol mundial con traje en un evento dedicado a la conciencia sobre el cambio climático.
Infantino habló durante apenas 84 segundos, acompañado por un desconcertado DJ Khaled, para anunciar las sedes de la Copa Mundial de Clubes 2025: 11 ciudades, 12 estadios, 32 equipos y un mes de fútbol en Estados Unidos.
La elección del evento para hacer este anuncio fue peculiar, considerando el ambiente festivo y los asistentes, muchos de ellos eufóricos y ajenos al fútbol. Sin embargo, quizá esa era la intención.
Para los fanáticos ya inmersos en el mundo del fútbol, esta información es algo que eventualmente llegaría a ellos. Pero el propósito de esta estrategia es claro: expandir la conciencia sobre el torneo en un mercado relativamente virgen como Estados Unidos.
Ese es el punto central. Aunque la Copa Mundial de Clubes tiene sus detractores, el crecimiento del fútbol y las oportunidades económicas que conlleva no pueden ignorarse. Es un evento que, sin duda, debería captar la atención de los estadounidenses.