Desde que se abrió la ventana de transferencias a principios de enero, las famoas plantas rodadoras han volado por toda Europa. Incluso en la Premier League, donde los clubes suelen gastar dinero sin tener en cuenta las consecuencias, ha habido casi un silencio de radio.
Irónicamente, considerando las críticas que ha recibido Daniel Levy por ajustarse el presupuesto en el pasado, en realidad es el Tottenham quien lidera la tabla de gastos en la actualidad. Pero ni siquiera ellos han logrado esforzarse, fichando a Timo Werner como cedido y pagando al Genoa 25 millones de euros y otros seis en variables por los servicios de Radu Dragusin.
También se les vinculó con Conor Gallagher, del Chelsea, pero parecen haber desestimado la decisión por razones económicas, haciéndose eco de la tendencia más amplia de restricción financiera que están ejerciendo los clubes de todo el continente en enero.
La pregunta que está en boca de todos es: ¿adónde se han ido todos los grandes gastadores? El año pasado, por estas fechas, Chelsea ya había gastado 89 millones de libras (105 millones de dólares) en Mykhailo Mudryk, Liverpool se había hecho con Cody Gakpo, mientras que clubes en apuros como Bournemouth y Leeds también habían estado ocupados...