Durante la década de los 80 lucía muy complicado que jugadores europeos apostaran por venir a jugar a México, sobre todo jugadores de talla mundial; sin embargo, el Atlante consiguió lo que parecía imposible con el fichaje de Grzegorz Lato.
El delantero polaco llegó al futbol mexicano en 1982 tras jugar su tercer Mundial unos meses antes y acumular 10 goles en Copas del Mundo, condiciones que lo convirtieron en un bombazo de la época.
Los Potros lograron que Lato despreciara una oferta del Cosmos y aceptara la suya, consiguiendo que formara una dupla del ensueño con Cabinho, quien en ese entonces era el mejor delantero en México.
Durante su primera temporada, el polaco colaboró con 15 goles y por momentos brindó destellos de su calidad, esa que deslumbró al mundo y ayudó a su selección a conseguir dos históricos terceros lugares en Alemania 74 y España 82.
En ese año futbolístico, Lato conquistó el título de la Concacaf con los Potros, situación que augura una segunda temporada lleno de éxitos; sin embargo, las lesiones comenzaron a mermar seriamente su rendimiento y provocaron que terminara su aventura por el futbol mexicano en 1984.