Richard Barroilhet nació el 27 de agosto de 1992 en Londres y a los seis años empezó a jugar al fútbol. Lleva veinte años en lo mismo, pero su pasaporte debe haber colapsado unas cuantas veces. Lo formó el Niza francés, luego el Fulham inglés y ahí empezó un camino sin pausas. Fue al VPS de Finlandia, al Waalwijk de Holanda, al Nuneaton Town de Inglaterra, al Taraz de Kazajistán, retornó a Francia para jugar en el Fréjus St-Raphaël, pasó a los Países Bajos una vez más para enfilarse en Magreb '90 y su reciente paso por la filial del Montpellier fue la última escala antes de llegar a Chile, el país de su papá. Hoy se encuentra a préstamo en Barnechea, club de la Primera B. O'Higgins de Rancagua, que cuenta con uno de los centros de entrenamientos más modernos de Latinoamérica (el Monasterio Celeste), es dueño de su carta. "El fútbol es una presión constante. Cuando la pelota rueda, todo puede pasar", dice.
Richie, como es apodado, accedió a sentarse a conversar en exclusiva con Goal un día después del extenuante viaje de regreso desde El Salvador hasta Santiago. En bus. Más de trece horas, de ida y de vuelta. Allá, desde el desierto, se trajo una victoria agónica por 3-2 sobre Cobresal, que le permitió a los Huaicocheros respirar en la tabla del descenso de la segunda categoría chilena. Lo acompaña Nicolás Martínez, su amigo y ex delantero de All Boys.
Estuvo pesado el viaje.
"Sí. Trece horas para ir, jugar en la altura, no es fácil. Pero es un buen resultado. Es complicado allá. Ellos son históricos en Chile, tienen buenos jugadores. Necesitamos ganar dos o tres partidos más para evitar el descenso".
¿Cómo te has sentido acá?
“Me gusta el país. Yo venía de vacaciones cuando chico y tengo mucha familia acá que quiere conocerme. Gonzalo Barroilhet (decatleta chileno) debe ser un primo mío en segundo o tercer grado, pero no lo conozco. Yo soy de apellido Barroilhet, es francés, pero todos se vienen a Chile, no tengo familia en Francia”.
¿A la primera vista, qué te pareció Chile?
“Bien. Fui a La Serena, a Pucón. Lindas playas. La gente tiene buena onda, es cariñosa. Me digo: ¿por qué no ir? Quería jugar acá y es una ventaja tener la nacionalidad. O’Higgins ve mi potencial, mi capacidad. Y Rancagua es una buena ciudad, más chica que Santiago pero tiene todo. Tienen el mejor lugar del entrenamiento del país, puedes hacer todo lo que necesitas: el gimnasio y la cancha son perfectas. Es bueno sentirse un profesional”.
Cuéntame cómo empieza todo.
"Me forma Niza. Antes fui a un centro de pre-formación en el sureste de Francia, el anterior a la academia. Los mejores futbolistas de la región llegan ahí. No sé si conoces Clairefontaine, los jugadores como Thierry Henry y (Kylian) Mbappé vienen todos de este lugar y luego los clubes vienen a firmarte en este lugar. En Francia hay muchos como esos. Yo fui a uno en mi región, Provence-Alpes-Cote d'Azur, la región del sureste de Francia. De este lugar salieron cinco jugadores que hoy son profesionales, entre ellos mi amigo Layvin Kurzawa, él fue mi compañero desde chico, desde los seis años viajaba al entrenamiento con él. También compartí con (Nampalys) Mendy, que fue al Leicester y hoy volvió al Niza".
Ahí te mira Niza y terminas tus inferiores cerca de tu familia materna.
"Un scout me dice: ¿quieres jugar en Niza? Voy, a los técnicos de juveniles les gusta mi potencial y en un torneo me ve jugar Fulham y puedo ir a Inglaterra porque ellos saben que soy inglés, por mi familia en Londres. Inglaterra es mi país, igual que Francia. Firmo como profesional en Fulham y es un momento donde tengo muchas lesiones. Tuve una lesión gravísima contra Chelsea. Por diez meses casi tuve que aprender a caminar. Estuve cerca de la amputación. El músculo se salió del hueso, hay una hemorragia y el doctor me dice que no puedo jugar otra vez porque no voy a volver a tener sensaciones en las articulaciones”.
¿Esto fue en un partido de la Sub 21?
“Sí, y dos días después, él jugaba Champions y yo en la clínica (dice que no recuerda quién fue el de la falta, pero que hoy es una estrella). Llorando, pero en los malos momentos hay cosas buenas que pasan”.
¿Te recuperas y qué viene?
"Voy a Finlandia para agarrar ritmo, salgo a préstamo"
Un país desarrollado, pero poco futbolizado.
"No es un gran país de fútbol, pero es un campeonato correcto y me dan la oportunidad de jugar como profesional. Es importante tener exposición. Jugué en el VPS por poco tiempo, el fin de torneo, unos tres meses”.
Das el salto a Waalwijk, Holanda.
"Sí, pero tengo una tendinitis crónica en la pierna izquierda. Son detalles que pusieron en pausa mi avance, pero son buenas experiencias".
Vas a Kazajistán, ¿qué hay allá?
“No hay muchas cosas. Un técnico holandés me firma allá por poco tiempo, porque él se va y todos los que contrató se van con él. Es un país raro donde todo es posible. Me fue bien. He jugado allá dos meses, una linda experiencia, pero ningún club quiere ficharte tras una lesión y no jugar por un año. Fue mi opción. Me gusta viajar, soy curioso, siempre solo. Kazajistán es una mezcla de musulmanes y rusos. Es gente que vive en el pasado. En Taraz, donde fui, es todo muy raro, pero Astana es muy moderno. Y hay plata en Kazajistán”.
Vas a Francia, Holanda, ¿cómo avanzaba tu carrera?
"Frejus, Magreb, y jugando en varias posiciones. Puedo jugar en todas las posiciones y eso es un problema: es mejor tener una posición fija, los clubes te compran por una posición. Eso me restó oportunidades, pero ahora estoy acá y vamos a ver lo que pasa".
Antes de venir, tuviste una experiencia en Montpellier.
"Mi hermano jugaba allá y yo quería jugar. Por cuatro o cinco meses jugué en el segundo equipo con los jóvenes del Montpellier. Son muy jóvenes y es un campeonato muy complicado, porque los rivales son adultos y tienen buen nivel. Conseguí el ritmo. Pude quedarme en Francia porque hay clubes que les gustó mi juego, pero me pregunté “¿por qué no ir a Chile para hacer una carrera de otra manera?”.
¿Cómo te lo planteaste?, ¿tuviste algún llamado?
Un contacto chileno con el que habla primero mi papá, un amigo. Él me dice que venga y cuando llego yo no sé si hay un club que me quiere. Él pregunta a O'Higgins si puedo entrenar para mantener la forma y tras una semana dicen que “tiene potencial este huevón”. Tras un amistoso me firman por 18 meses y les digo que quiero tener opción de jugar, por eso salgo a préstamo a Barnechea. Fue triste salir en ese primer momento porque era casi una familia".
Y ahora, un buen inicio, goles. Recuerdo que en tu primer gol (contra Santiago Morning) fuiste a gritarlo a la tribuna.
"Pero eso es porque soy un poco loco. Es la emoción. Andamos bien".
Defínete como jugador.
"Tengo fuerza, más o menos técnica, altura, definición dependiendo de los momentos, soy rápido. Antes jugué como lateral derecho, central, extremo derecho o izquierdo. Ahora, (Arturo) Norambuena me ubica como delantero centro, pero si tienes capacidades atléticas y técnica, puedes jugar en todas las posiciones. Es cosa de ver a (Arturo) Vidal, una máquina".
¿Te proyectas en Chile?
"Por el momento, día a día, sé que todo cambia de un momento al otro. Tengo el placer de jugar para disfrutar el momento. Sé que todo puede terminar… todo pasa muy rápido en el fútbol".
La Primera B se ha caracterizado por ser un torneo muy físico, con pocos espacios y harta intensidad. ¿Qué te parece?
"Es un buen torneo, intenso. Hay buenos equipos, con casi el mismo nivel. Se define por detalles. Ayer, por ejemplo, no podía respirar. Si me quedaba en Francia no iba a tener la experiencia de jugar en el desierto de Chile, ¡chucha la hueá!. Son momentos para escribir en un libro. Increíble la experiencia de jugar en un lugar raro. No hay mucho francés que pudo decir que jugó en el desierto de la región de Atacama. Jugar en Cobresal fue nuevo, pero Santiago no es tan diferente a Europa".
¿Cómo es tu vida en Chile?
"Acá vivo con un tío que es como mi mejor amigo. Hablamos de todo y en español, lo que me ayuda a mejorar para quedarme en América del Sur. Es perfecto. Hay buena cultura. La gente hace asados, la pasa bien. Vivo, disfruto y trabajo para hacer buenas cosas. Me estoy acostumbrando a la manera de jugar de mis compañeros, estoy de titular, pero puedo hacerlo mejor o peor. Trabajo para hacer mejores cosas".
¿Y los hinchas?
"La gente es pasional, les gusta el espectáculo. Son fieles, amantes de su equipo... como los de O'Higgins. Todas son experiencia que no voy a olvidar".
Te falta enfrentar a los grandes.
"Me gustaría enfrentar a los grandes, creo que puedo y para eso estoy acá: para disfrutar experiencias de fútbol profesional y es una suerte hacerlo. No sé si haré una gran carrera, pero cada momento es único. Quiero jugar en grandes estadios, con muchos hinchas y canciones".
Cuéntame de tu equipo, Barnechea.
"Lo importante es ganar con una forma de juego. La idea del técnico es salir jugando rápido, buscar a los laterales y los extremos. Creo que es una buena idea. En el camarín, los compañeros son simpáticos, hacen bromas, aportan su experiencia al hablar antes de un partido".
Está feo el tema económico.
"Es difícil, porque muchos jugadores tienen familia, pero son grandes profesionales. La reacción de ellos es muy buena pese a la situación (el club estuvo cerca de no ser aceptado en la división por una deuda en su cuota de ingreso y debió recurrir al Tribunal de Libre Competencia para exigir su presencia en Primera B, la cual consiguieron antes de que se le congelaran, por un momento, algunos de sus fondos por parte de la ANFP y el CDF), son intensos en los entrenamientos y en los partidos. Su mentalidad los hace competidores: quieren salir de esta situación y yo respeto eso, porque no es fácil. Todos juegan por poca plata y lo dan todo".
¿Qué diferencias marcas entre el fútbol chileno y Europa?
"Acá los jugadores tienen muy buena técnica. Físicamente, en Europa son muy rápidos y más fuertes, pero la manera de jugar es parecida. En todos los países se juega en buen nivel"
¿Tienes un sueño? Todo es día a día, me dijiste.
"Mi sueño es sentirme un profesional en un gran club, con un buen estadio, muchos hinchas y un sueldo respetuoso. Por las lesiones pensé que todo se podía terminar. Yo vengo acá porque sé que puedo hacer las cosas. Vengo con la idea de que tengo el potencial. Estoy ayudando al equipo en diferentes maneras. Soy agresivo, tengo carácter, hablo con la gente más joven. Pese al idioma me puedo comunicar".
¿Qué destacas de tus compañeros?
"(Cristián) La Nona Muñoz es una buena persona para preguntarle aspectos tácticos, él juega detrás de mí. También me gusta hablar cosas positivas a los jóvenes. Soy buena onda, me gusta dar buena onda".
¿Te pasó en Europa que los grandes aportaron algo en ti?
"Sí. Clint Dempsey... tengo muy buena relación con él, me invitó a tomar cafés. Cuando me entrené con el primer equipo de Fulham pude disfrutar con él. También con Moussa Dembélé, hoy en Tottenham, y Damien Duff".
¿Qué delanteros miras?
"(Edinson) Cavani porque él ayuda al equipo mucho, tiene buenos movimientos y físicamente es parecido a mí. Tenemos la misma altura (1.85 metros), me gusta (Alexis) Sánchez, pero no podemos parecernos. Él es chiquitito y no tengo sus movimientos. Es un fenómeno. Miro a los jugadores de altura para parecerme... pero me gusta ver jugar a Agüero, Sánchez, Lacazette".
Me hablaste de Kurzawa, fuiste compañero de él en una selección juvenil.
"Sí. En un torneo en Portugal le hemos ganado a la España de Morata y Deulofeu. Es increíble. Cantar La Marsellesa fue una buena experiencia. Jugamos contra Portugal y Rusia, he disfrutado el momento".
¿Todo bien con Chile?
"Estoy disfrutando. Tengo buenos compañeros. Me gusta ir al Parque Arauco a pasear, me gusta descubrir la ciudad. Lastarria, barrio Italia, cerro San Cristóbal, Santa Lucía. Ahora viene el verano, vamos a ver la piel de las chicas que se desabrigan. Gonzalo Mosquera es el conductor que nos lleva al entrenamiento. Tiene la cara de Carlos Tevez (ríe). Los lleva al sector de Las Brisas en Chicureo a entrenar. Me gusta el pastel de choclo, las empanadas, pero no las como mucho porque no son muy nutritivas"
Hablaste de un libro, ¿escribirías algo de acá?
"El viaje de trece horas a El Salvador y con una victoria es un buen recuerdo. Te aviso si tengo más experiencias rarísimas como esa. Los periodistas creen que mi historia es un poco rara"
¿Qué extrañas de Francia?
"Donde vivía yo es el lugar más lindo del mundo. Eso lo extrañas. Se llama Sainte-Maxime donde vivo. Es la Riviera francesa, la Costa Azul, donde va la gente más famosa del mundo a vacacionar"
Pero estás acá.
"Allá es un lugar auténtico, con rica comida y lindas playas, pero si me quedaba no voy a tener estos momentos y oportunidades que no vendrán otra vez. Estoy acá para salir de mi zona de confort".
Siempre el fútbol fue tu vida, ¿te planteaste hacer otra?
"El fútbol es mi primera opción de vida, pero me gusta cocinar porque desde pequeño tengo la cultura con detalles de la gastronomía. En el restaurant de mis padres venden comida de calidad, viene gente famosa, en la playa, tenemos buen pescado, buena carne y buenas ensaladas. Se llama Barco Beach, tiene la forma de un barco".
¿Qué te dice tu familia por estar acá?
"Mi papá se ríe un poco, me dice que soy loco, pero le gusta lo que hago. He tenido altibajos y no tengo problemas con los malos momentos, no me hacen nada. Les busco lo positivo".
Antes de despedirnos, cuenta que tiene un primo jugando en las divisiones inferiores de Universidad Católica, Clemente Montes Barroilhet. "Cuando jugamos un amistoso con Católica él me vino a ver, me reconoció y me saludó. “Hola familia”. Saludé a sus padres".
Para Barroilhet, el francés de Barnechea, todo se trata de experiencias. Nuevas, únicas, personales.