El partido de ida del derbi madrileño de la Liga de Campeones de este año no decepcionó. Los tres goles en el Santiago Bernabéu el pasado miércoles fueron de la más alta calidad.
El cohete de Rodrygo apenas cuatro minutos después de un emocionante encuentro llegó después de que el brasileño se aprovechara de un sublime pase detrás de Javi Galán del fantástico Fede Valverde, mientras que Brahim Díaz hizo maravillas para encontrar algo de espacio para él en un área de penalti abarrotada antes de marcar el gol de la victoria en la segunda mitad para el Real.
Fue el gol de en medio, sin embargo, el que realmente dejó sin aliento. Parecía haber poco peligro cuando Julián Álvarez tomó posesión del balón en el lado izquierdo del área del Madrid, particularmente porque Eduardo Camavinga estaba lo suficientemente cerca como para pisarle los talones al argentino. Sin embargo, Álvarez logró superar al francés antes de encontrar de alguna manera la red con un tiro curvado desde justo dentro del área que chocó contra el poste en su camino hacia adentro.
Fue el único tiro de Álvarez en el juego y tenía una cifra de goles esperados de solo 0.3, pero el hecho de que terminara venciendo a Thibaut Courtois, uno de los mejores porteros del mundo, no fue tan sorprendente. Como dijo Marcos Llorente a Movistar+, "en partidos como estos, aparecen los grandes jugadores." Y Álvarez se ha estado demostrando un jugador verdaderamente genial en los últimos meses.
El ganador de la Copa del Mundo, obligado a desempeñar un papel de apoyo a Erling Haaland en el Etihad Stadium, ahora está brillando en el escenario más grandioso del juego de clubes con el Atlético de Madrid. De hecho, uno podría argumentar fácilmente que no hay un delantero centro más eficiente en la Liga de Campeones de esta temporada...
