Cristiano Ronaldo ha tenido algunos berrinches memorables a lo largo de los años, pero pocos más infantiles y embarazosos que su arrebato durante la derrota de Al-Nassr en la final de la Supercopa de Arabia Saudita contra el Al-Hilal. Ronaldo le dio a su equipo la ventaja justo antes del descanso, pero el equipo de Luis Castro capituló por completo en la segunda mitad y se encontraron en el lado equivocado de una paliza por 4-1.
Malcom, ex del Barcelona, dio el golpe final después de aprovechar un error horrendo del portero de Al-Nassr, Bento, lo que llevó a Ronaldo al borde de la locura. El jugador de 39 años acusó a sus compañeros de equipo de 'dormidos' mientras se paraba en el círculo central con las manos junto a su oreja, antes de hacer un gesto obsceno que parecía insinuar que se habían 'cagado'.
Fue una visión patética. El capitán de Al-Nassr, y el futbolista mejor pagado del planeta, mostró una increíble falta de clase cuando más lo necesitaban. Todavía faltaban 18 minutos de tiempo para jugar cuando entró el cuarto gol de Al-Hilal, y aunque hubiera sido difícil igualar, Al-Nassr podría haber al menos maquillado la derrota.
Desafortunadamente, esta versión de Ronaldo solo juega para sí mismo. No es coincidencia que Al-Nassr no haya ganado un solo trofeo desde su llegada revolucionaria en enero del año pasado. Ronaldo está en completa negación, pero es una sombra del jugador que alguna vez fue, y en lugar de atraer multitudes, ahora las repele con su comportamiento inmaduro mientras se aferra desesperadamente a la relevancia en una era que hace mucho tiempo lo dejó atrás.