Las estrellas del equipo nacional masculino de Estados Unidos son llevadas a una sala de conferencias para encontrarse con reporteros dentro del hotel del equipo en Dallas. Uno por uno, se sientan a discutir la próxima Copa América. Celebrada en suelo estadounidense, el torneo es el comienzo de un momento crucial para el fútbol estadounidense, el inicio de una nueva revolución liderada por esta generación dorada que culmina en la Copa del Mundo de 2026, que se celebrará en Estados Unidos, México y Canadá.
Sin embargo, el enfoque inmediato está en el torneo en cuestión. Sí, la Copa América de 2024 es parte de un panorama más amplio que lleva a 2026, pero esto no es solo un trampolín. Este es un gran torneo por derecho propio, y una gran oportunidad para que Estados Unidos no solo demuestre a dónde van, sino dónde están.
Las estrellas del USMNT dan respuestas variadas sobre el torneo, pero una palabra se repitió una y otra vez: Resultados.
Es una palabra clave para el USMNT este verano. El tiempo de victorias morales, progreso y actuaciones ha terminado. Este torneo se trata de victorias.
Desde que se perdieron la Copa del Mundo de 2018, la definición de éxito para este grupo del USMNT nunca ha sido del todo clara. Siempre ha habido un panorama más grande que importaba más que las victorias y derrotas. Cada contratiempo era una lección. Cada triunfo era un paso adelante. Cada juego, incluso los de la Copa del Mundo, formaba parte de un proceso general.
Ese tiempo está llegando a su fin. Estados Unidos comienza su camino en la Copa América de 2024 contra Bolivia el domingo por la noche en Arlington, Texas, y la definición de éxito está cambiando rápidamente para este grupo. Este verano, los resultados importan. La presión está ahora sobre el USMNT, y la Copa América es el examen de fuego.
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