Una gran remontada. Si el Atlético pudiera definir su 2018 en una expresión, sería esta. Después de empezar el año soñando despierto con títulos y fútbol de primer nivel, pasó la mayor parte de la temporada coqueteando con el descenso. Ahora, ¿quién lo diría?, pelea por la gloria internacional que aún no tiene.
La pelea con Junior de Barranquilla por la Copa Sudamericana es, hoy, el segundo punto máximo de un club que está distante de las grandes metrópolis de Brasil y tiene ganas de romper el "club de leyendas" del país. La segunda copa del continente no es tanto para la hinchada como la final de la Libertadores de 2005, el capitulo más importante del Atlético, pero sería un premio para un club que apunta siempre a lo más alto.
Cuando arrancaba 2018, Fernando Diniz era el DT del club. Ex-jugador de poco destaque, Diniz se destacó como un entrenador con una metodología original. Irreducible, no admitía no tener el balón, jugaba siempre con el portero y propuso el foco total en el ataque, algo que al final no funcionó.
El Atlético inició mal en el Brasileirão y sumaba malas actuaciones. En su peor momento, perdió nueve de once partidos y estaba en la penúltima posición. Mario Celso Petraglia, presidente del Consejo Deliberativo y el nombre más fuerte del club, llegó a amenazar con entregar su puesto si Diniz no dejaba el cargo, por cuenta de la presión, al final, nadie lo pudo sostener y Diniz fue despedido.
Tiago Nunes ascendió desde la cantera como interino, ganó siete de sus diez primeros partidos y luego espantó el miedo de un descenso a la B. El Atlético se sostuvo, terminó el Brasileirão en la séptima ubicación y llegó, por fin, a la final de la Sudamericana.
En su camino, llamó atención por presentar, al final, el nivel de futbol que se imaginaba para el Atlético de Diniz. Sin grandes estrellas, Nunes se ha apoyado en jóvenes calificados como Pablo, Rafael Veiga y Renan Lodi para construir su estilo.
Si derrota al Junior, corona su año con el inédito título continental y un puesto en la próxima Libertadores. Premio también una idea que, por distintas explicaciones, no pudo seguir adelante como se pensaba con Diniz. Una remontada inolvidable para una hinchada que sufrió mucho afuera de la cancha.