Historia repetida, pero no deja de llamar la atención: Gareth Bale, ante el Eibar, volvió a recibir pitos de parte de la afición del Real Madrid. El mensaje que bajó de las gradas del estadio Santiago Bernabéu está claro: ni Zinedine Zidane podrá lograr que haya una reconciliación con el galés.
Es que, encima, en este nuevo juego, los reproches del madridismo llegaron muy temprano. El primero, ya en la primera parte, fue cuando el delantero falló un mano a mano, en una acción que fue anulada por fuera de juego. Apenas minutos después, se escucharon otra vez los pitos por un disparo que salió lejos de la portería.
Luego, con el 0-1, la situación se agravó. Bale, hasta el momento, continúa prefiriendo el silencio…