Cuando Nico Williams entró en la lista de 26 de Luis Enrique, entre la afición del Athletic asomaron dos sensaciones al mismo tiempo. Por una parte, el orgullo de que el joven extremo rojiblanco fuese a tener la oportunidad de disputar un Mundial con una experiencia relativamente escasa en la élite. Por otro lado, ese temor tan comprensible de que un puñado de buenas actuaciones del atacante lo pusieran en el radar de poderosos clubes continentales.
No entraré a diseccionar el afecto o la falta del mismo por la selección española que se siente entre quienes llevan los colores del Athletic en el corazón –que de todo hay–, pero sí considero notorios los desvelos que provoca la aparición del futbolista en el mayor de los escaparates. Una cierta jindama que tiene padres diversos, algo que daría para una tesis, seguramente.
Próximo partido
Lo que sí sabemos a estas alturas es que a Nico Williams lo hemos visto desenvolverse en dos medias horas en otros tantos encuentros de la España de Luis Enrique. La tarde ante Costa Rica salió con el viento a favor y a pesar de que tardó casi diez minutos en contactar con el esférico, el menor de los Williams contó con el tiempo suficiente para contribuir de manera relevante en la producción ofensiva que llevó a la selección española a hacer un siete a los centroamericanos.
Nico, lejos de pisar el acelerador, escogió un par de momentos para irse con suma facilidad de su par. No le hizo falta el regate en ningún caso porque sus arrancadas bastaron para superar con aparente sencillez al lateral. De ambos ejercicios llegaron sendos centros rasos al área pequeña. En el primero fue Ferran el que no llegó al balón; en el siguiente, Keylor Navas desvió defectuosamente para que Carlos Soler empujara a la red con el interior.
Sin embargo, todo aprendizaje conlleva enfrentarse en solo cuatro días a escenarios distintos. Así, hace unas horas, en la batalla frente a Alemania, el extremo de Pamplona fue llamado para entrar en acción en un contexto en el que quizá no debería haber aparecido. Con los germanos apretando en busca del empate, España fue perdiendo el terreno que había estado domeñando durante parte del choque y ahí Nico no fue capaz de mimetizarse con la situación.
El hermano de Iñaki pasó del notable ante los ticos a no llevarse una buena nota ante la Alemania de Flick. Y aun así, estoy convencido de que habrá sacado más conclusiones del último encuentro que del primero. De entre los 15 futbolistas que utilizó ayer el míster asturiano solamente dos no habían sido protagonistas en la actual Champions League: Unai Simón y Nico Williams. Al primero se le puede considerar ya un veterano pero el segundo es un recién llegado al último escalón. De ahí que todo aquello que vea, que escuche y que desempeñe en lo que sea que dure el paso de España por el Mundial, se convertirá en un impagable bagaje cuando empaque sus enseres de vuelta a Lezama.
Nadie sabe si volverá a disputar o no minutos. Tampoco si de la noche a la mañana se convertirá en un excelente desatascador de situaciones complejas si así se presentan. Eso sí, que nadie dude de que el Nico Williams que volverá de la Copa del Mundo será mejor que el marchó al país árabe hace unas fechas. ¿Acabarán los 50 millones de su cláusula de rescisión siendo una tentación para los Liverpool, PSG, Arsenal o Chelsea de turno? Podría ser, mas en todo caso ahí siempre habrá dos actores que tendrán algo que decir al respecto. El jugador, por supuesto, y el Athletic, con una valiente puesta al día de sus condiciones en la que no podrá aparecer el argumento de la debilidad financiera del club de Ibaigane. Antes o después, en el caso de Nico, quien pestañee perderá la partida.
Lartaun de Azumendi