A mediados de 2014, Manchester United le pagó 75 millones de euros a Real Madrid y transformó a Ángel Di María en el futbolista argentino más caro de la historia hasta el momento. La salida del argentino, que había sido clave en la obtención de la Champions League de ese mismo año y venía de tener un muy buen Mundial en Brasil, no cayó nada bien entre los hinchas del Merengue, que acusaron al rosarino de abandonar el club sólo por dinero. Seis años después de aquella transferencia, que derivaría en uno de los peores negocios jamás hechos por los Diablos Rojos, la esposa de Fideo les dio la razón a los críticos.
Cuando llegó la oferta del conjunto inglés, Jorgelina Cardoso no quería saber nada con mudarse al Reino Unido, pero eventualmente fue el dinero el que terminó por inclinar la balanza: "Angel vino un día y me dijo: 'Salió esta propuesta de Manchester. Quizás vamos a estar un poquito mejor por el tema de la seguridad...'. Yo le avisé que ni en pedo, que se iba a ir solo. 'Sí, sí. Nos vamos', me respondió. Había mucha plata, incluso después los españoles salieron a decirnos peseteros. ¡Y sí, lo fuimos!", contó la mujer en diálogo con El Trece. De todos modos, Cardoso justificó la decisión familiar adoptada en aquel momento: "Si vos trabajas en una empresa y viene la competencia a decirte que te paga el doble, ¡te vas corriendo! No hay que ser careta, yo quiero mantener a mis hijas".
Las pocas ganas de Cardoso de mudarse a Inglaterra, de todos modos, poco tenía que ver con una cuestión deportiva: "Yo no quería ir a Manchester porque en ese momento era amiga de Gianinna Maradona, que era la pareja de Sergio Agüero, y viajamos de Madrid a visitarlos en Manchester durante unos días libres que teníamos. ¡Es horrible! Nos fuimos de la casa y le dije a Ángel 'que te compren de cualquier país, menos de Inglaterra'. ¿Y qué pasó? Al año caímos en Inglaterra, una mierda".
¿Qué era lo que no le gustaba a la exmodelo? "Nada de nada me gustaba. Manchester es lo peor, es todo horrible. La gente toda flaquita, prolija, raro. Vas caminando y no sabés si te van a matar o qué. La comida es asquerosa. Todas las minas estupendas, de porcelana, y yo de rodete y nunca maquillada. Nosotros vivíamos en Madrid, Ángel jugaba en el mejor equipo del mundo, el clima es perfecto; la comida, perfecta. Y de repente salió esta propuesta de Manchester...".