REPORTAJE ESPECIAL
En mayo de 1984 Diego Armando Maradona ya no era feliz en el Barcelona. Tras dos años en los que no había querido escuchar ninguna oferta se sentía traicionado por la junta directiva del club azulgrana, a la que César Menotti, el entrenador, había amenazado con no renovar si antes no se desprendía del pelusa. La directiva optó por hacerle caso -aunque luego también el técnico argentino acabaría abandonando el club- pero no podía admitir en público que una de sus estrellas estuviera en venta. Fue entonces cuando llegó la propuesta del Napoli, no para hacerse con los servicios de Maradona, sino para plantear un partido amistoso en Nápoles. Con Maradona, por supuesto, aunque la idea era que jugara en el San Paolo con la casaca azulgrana. La historia fue muy distinta.
"El Barcelona estuvo de acuerdo en disputar ese partido" recuerda Corrado Ferlaino, presidente del club partenopeo desde 1969, en exclusiva para Goal. "Preguntamos entonces si Maradona iba a venir y nos dijeron que no, que estaba enfermo". El Barcelona no quería que una lesión, y las había tenido graves recientemente, pudiera comprometer su posible salida por la millonada que esperaba ingresar el club catalán. Pero "eso nos sorprendió" admite Ferlaino, que si había invitado al Barcelona a Nápoles era, precisamente, para que su afición pudiera disfrutar, aunque fuera sólo un ratito, del talento de aquel joven argentino de solo veintitrés años que iba a comerse el mundo. Ferlaino levantó el teléfono y se puso en contacto con el agente del pelusa. Por si las moscas.
Jorge Cyterszpiller negó rotundamente que Maradona estuviera lesionado. "Me dijo que si no jugaba era, más bien, porque estaba enfadado con la directiva del Barcelona". El ingeniere lo tuvo claro desde el primer momento. Si Diego no estaba contento en el Camp Nou y nadie lo sabía todavía quizá había una oportunidad de ficharle. Ferlaino le dijo al Barcelona que se olvidara del amistoso y "planteé si existía la posibilidad de tratar el traspaso de Maradona", cuyo enfrentamiento con la directiva había entrado en una fase de no retorno. Aun así, "un día me decían que sí y al siguiente, que no" señala Ferlaino. Si Maradona logró irse al Napoli fue porque quiso, aunque descubriera más tarde que el equipo había peleado por la permanencia en la temporada que justo acababa. "La postura de Maradona fue determinante para venir, estaba tan decidido a hacerlo como a abandonar el Barcelona" en aquellos momentos.
Sin embargo, no fue fácil satisfacer a Josep Lluís Núñez, presidente del Barcelona y uno de los mayores valedores de la continuidad de Diego pero los enviados del Napoli, Antonio Iuliano y Dino Celentano, lograron que el Barcelona aflojara. "Hasta el último momento no tuvimos nada claro de que se fuera a cerrar, incluso el mismo día que lo cerramos tuvimos que estar hasta la madrugada después de que nos llamara el Barcelona para decirnos que ya no querían traspasar a Maradona, pero al final lo logramos" previo pago de mil trescientos millones de pesetas, unos ocho millones de euros al cambio actual, lo cual suponía una cifra récord en el mundo del fútbol. Era el día 29 de junio de 1984, una fecha que ha pasado a ser histórica en Nápoles. Allí empezó la era más gloriosa de su historia de su historia, que se alargó hasta 1992, cuando el pibe de oro se marchó al Sevilla.
Fueron seis años en los que el Napoli se construyó alrededor del mejor de todos los tiempos, por lo menos hasta la llegada de un Leo Messi que ha logrado establecer el debate sobre quién se sienta la cima del mundo del fútbol. "Fuimos poco a poco a la hora de construir el equipo alrededor de Maradona" aunque ello implicara desprenderse de estrellas de la era anterior, también argentinas, con las que Maradona no mezclaba del todo bien. "Teníamos a otro argentino que se llamaba Daniel Bertoni que no encajaba demasiado". El mismo equipo que había llegado a sufrir por la permanencia fue tercero con Diego y al año siguiente logró el primer y único doblete de la historia del club.
Ferlaino asume sin problemas de ninguna clase que aquel fue el Napoli de Maradona pero aclara que en ningún caso era el jugador quién decidía los fichajes, como él mismo ha llegado a afirmar. "Eso no es verdad" puntualiza el antiguo presidente partenopeo para recordar que "él no conocía a los jugadores que fichamos, quizá a Ricardo Alemao porque jugaba en España, pero no conocía a Antonio Careca, a Salvatore Bagni y a otros". Sea como fuere de su mano llegaron dos scudetti, una Coppa y hasta una Copa de la UEFA, el primer título internacional de un Napoli que si el martes recibe al Barcelona en un partido que emociona especialmente a Messi es, precisamente, por el contrato que firmó Ferlaino con Maradona aquel lejano 29 de junio de 1984.