“Matrix" nos rodea. Está por todas partes. Incluso ahora, en esta misma habitación. Puedes verla si miras por la ventana o al encender la televisión. Puedes sentirla cuando vas a trabajar, cuando vas a la iglesia, cuando pagas tus impuestos. Es el mundo que ha sido puesto ante tus ojos para ocultarte la verdad. Nos contaron, dijeron y publicaron que Kylian Mbappé iba a fichar en 2017 por el equipo con el que todos sueñan jugar, porque había nacido para jugar en el Real Madrid, porque el dinero no era problema porque se presumía de ser el número uno de la revista Forbes y porque el futbolista sólo quería vestir de blanco, aunque acabó en el PSG. Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña y como veían que no se caía, fueron a buscar otro elefante. Nos contaron, 'exclusiva', que Kylian Mbappé iba a fichar en 2018 por el equipo con el que todos sueñan jugar, porque había nacido para jugar en el Real Madrid, porque Florentino Pérez encontraría la manera de sacarle de ahí, porque el chico estaba secuestrado en París y su felicidad estaba en juego, pero siguió en el PSG. Dos elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña y como veían que no se caían, fueron a buscar otro elefante.
Vuelta la burra al trigo, nos insistieron que Kylian Mbappé iba a fichar en 2019 por el equipo con el que todos sueñan jugar, porque había nacido para lo que todos nos dicen que hay que nacer, porque el ‘Ser Superior” del periodismo lo haría posible, porque de niño soñaba ponerse la camiseta que todos se quieren poner y porque Zidane le convencería de que el único camino para ser feliz en esta vida es jugar en el Bernabéu, pero Mbappé se quedó en el PSG. Tres elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña y como veían que no se caían, fueron a buscar otro elefante. Después de arrasar toda la selva amazónica a base de portadas semanales, nos volvieron a contar que Kylian Mbappé iba a fichar en 2020 por el equipo con el que todos sueñan jugar, porque antes de nacer, su madre ya sabía que si era niño jugaría en el Real Madrid y si era niña, también, pero, por alguna anomalía ignota, por algún fallo extraño en ‘Matrix’, resulta que Mbappé siguió en el PSG. Cuatro elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña y como veían que no se caía, fueron a buscar otro elefante.
Cinco años después del primer día que nos contaron, dijeron y publicaron que Kylian Mbappé iba a fichar por el Real Madrid, ahora nos vuelven a insistir en que, en 2021, acabará fichando por el equipo con el que todos sueñan jugar, porque se lo está pensando, porque habrá que vender a cinco jugadores, porque el club tiene dinero en tesorería y porque cada mañana Kylian se despierta empapado en sudor pensando en lo feliz que sería vistiendo del único color que le queda bien, el blanco, aunque siga teniendo un año de contrato con el PSG. Cinco elefantes se balanceaban sobre la tela de una araña y como veían que no se caían, fueron a llamar a otro elefante.
Nada altera la ciencia-ficción periodística, nada cambia en “Matrix”, nada condiciona el relato . Nada importa. Hay que contar que Mbappé será jugador del Real Madrid aunque no lo sea y aunque no lo acabe siendo nunca. Porque ¿a quién le importa si al final Mbappé no juega en el equipo en el que todos quieren jugar? Pues a nadie. Nada puede con "Matrix" No importa que el PSG se pueda comprar el Bernabéu completo - con los socios blancos dentro, con la grúa y el techo retráctil incluidos-, amén del Metropolitano, el Camp Nou, el Palau Blaugrana y el Espai Barça si es que se tercia. No importa que el PSG se haya convertido en el más rico del cementerio sacando el taco cuando le da la gana porque el “fair play” son los padres, haciendo justo lo que antes hacían el Real Madrid y/o el Barça. No importa que el PSG tenga el dinero por castigo, tampoco importa que no haya habido ni un solo jugador del PSG con contrato en vigor que haya logrado salir del club sin el visto bueno catarí y por supuesto, tampoco importa que los que humean el presunto fichaje sean los mismos que han repetido, como papagayos amaestrados, que el Real Madrid no tiene dinero para fichar o que tampoco tiene para renovar a sus estrellas, entre otras a su capitán.
Pasan los años y nada cambia en “Matrix”, porque el periodismo existe para masturbar al lector, como dijo Enric González . En “Matrix" nunca pasa nada. Y si pasa, se le saluda: Mbappé acabará jugando en el equipo en el que todos quieren jugar. Jugará en el Madrid por tierra, mar y aire. Como sea. En 2017, en 2018, en 2019, en 2020, en 2021, en 2022 o en 2056. En esta vida o en la otra. Ciento veinte elefantes se balancearán sobre la tela de una araña y cuando vean que no se caen, irán a llamar a otro elefante. Es la gran turra. La historia interminable. La brasa infinita. Hasta el infinito y más allá. Historia que tu hiciste, historia por hacer. Humo que vendiste, humo por vender. Humide deseo de quien esto escribe: Florentino, fíchalo. No por tu equipo, ni por tus socios, ni siquiera para provocar un orgasmo colectivo en “Matrix. Fíchalo para que el resto de mortales podamos vivir en paz.
Rubén Uría